El reclamante de tierras Gildardo Padilla fue asesinado en zona rural del municipio de Valencia, alto Sinú cordobés. Once miembros de su familia han sido acribillados desde 1994 incluyendo a sus padres y a tres de sus hermanos.
De acuerdo con las primeras informaciones entregadas por las autoridades Padilla estaba reclamando dos fincas que los paramilitares les habían arrebatado en la zona de San Pedro de Urabá y el Urabá chocoano.
Se conoció que Padilla se movilizaba en una motocicleta de su propiedad por zona rural de Valencia y que fue abordado por varios hombres armados que le dieron muerte y lo dejaron tirado en medio de la vía.
El hombre había denunciado amenazas contra su vida, las cuales empezaron desde el año de 1994 cuando fueron despojados de sus predios, hoy están ocupados por testaferros de los jefes de las autodefensas, según había señalado en su denuncia la víctima.
Justamente el ex jefe paramilitar Salvatore Mancuso fue condenado a 40 años por los crímenes de esta familia, cuyos cuerpos están sepultados en el cementerio del municipio de Valencia.
Gildardo había hecho los trámites ante la Unidad de Restitución de Tierras en Montería en enero de este año y apenas salía del lugar cuando recibió un mensaje de texto en el cual le advertían "Dejen eso quieto".
Pese a que el presidente Juan Manuel Santos, el día de la devolución del predio Santa Paula, se comprometió a brindar seguridad a los reclamantes de tierra, la situación en Córdoba sigue siendo peligrosa para ellos.
Según el director de la Fundación Formando Futuro en los últimos años han sido asesinados 65 reclamantes de tierras en el país, lo cual muestra falencias en la protección de los líderes.
En Valencia tres personas han sido asesinadas por pedir a las autoridades que les devuelvan los predios de los cuales fueron sacados por grupos al margen de la ley. Sin embargo, hasta el momento no hay ninguna sentencia condenatoria, ni se han establecido los autores de los crímenes.
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